Es posible que haya escuchado que comer productos lácteos bajos en grasa es más saludable para su corazón que los lácteos enteros. Los productos lácteos son aquellos que se elaboran con leche, incluidos el queso, el helado y el yogur. Algunos estudios han demostrado que comer productos lácteos bajos en grasa reduce el riesgo de accidente cerebrovascular y presión arterial alta. Sin embargo, en un artículo reciente en el Journal of the American Heart Association, el estudio de la autora de MESA, Marcia C. de Oliveira Otto, muestra que los productos lácteos enteros pueden no ser tan dañinos como se pensaba.
El Dr. Otto examinó tres sustancias diferentes en la sangre llamadas biomarcadores para ver si alguna estaba relacionada con el consumo de productos lácteos enteros. Su equipo encontró un ácido específico que reflejaba mejor el consumo de estos alimentos en 2.837 participantes de MESA. Luego, su equipo comparó el riesgo de enfermedad cardíaca entre los participantes con diferentes niveles de este ácido en la sangre.
Los resultados fueron sorprendentes. El riesgo de enfermedad cardíaca entre aquellos con los niveles más altos de este ácido fue un 26% menor en comparación con aquellos con niveles más bajos. En otras palabras, los participantes que consumían más alimentos con grasa láctea (queso, leche entera y yogur integral) tenían un riesgo menor de enfermedad cardíaca en comparación con los que consumían menos de estos alimentos. Esto fue cierto tanto para hombres como para mujeres, y para todos los grupos raciales y étnicos. Estos resultados fueron similares a estudios anteriores que mostraron que comer más productos lácteos enteros, especialmente queso y yogur, puede ser bueno para la salud cardiovascular y metabólica.
Este documento es una pieza de un complicado rompecabezas de cómo se relacionan la dieta y la enfermedad. Este estudio muestra la necesidad de realizar más estudios sobre los lácteos, sus grasas y las enfermedades cardíacas. También puede tener efectos en las recomendaciones dietéticas futuras, especialmente en las personas con riesgo de enfermedad cardíaca.