La menopausia provoca muchos cambios en el cuerpo de la mujer, algunos bienvenidos y otros difíciles. La mayoría de la gente, sin embargo, no cree que este proceso pueda afectar el corazón de una mujer. Un estudio reciente de MESA dirigido por el Dr. Imo Ebong analizó cómo la edad de la menopausia puede relacionarse con la insuficiencia cardíaca. Demostró que de hecho podría haber un efecto.
Este estudio se publicó recientemente en la revista Menopause y utilizó datos de mujeres que habían alcanzado la menopausia cuando comenzó MESA. Dividió a estas mujeres en dos grupos, las que tuvieron menopausia precoz (antes de los 45 años) y las que llegaron a la menopausia después de los 45 años. Los investigadores buscaron ver qué grupo tenía más eventos de insuficiencia cardíaca. La insuficiencia cardíaca ocurre cuando el corazón no puede bombear suficiente sangre para satisfacer las necesidades del cuerpo. También observan las resonancias magnéticas del corazón de las mujeres del examen 1 de MESA para ver si la edad de la menopausia cambió la estructura del corazón.
El equipo del Dr. Ebong descubrió que la menopausia temprana está relacionada con un mayor riesgo de insuficiencia cardíaca. También encontraron que por cada año que aumenta la edad de una mujer en la menopausia, su riesgo de insuficiencia cardíaca disminuye. En otras palabras, cuanto más tarde llega una mujer a la menopausia, menor riesgo tiene de insuficiencia cardíaca. El estudio también encontró que las mujeres chino-americanas con menopausia temprana mostraban señales de advertencia de problemas cardíacos en sus resonancias magnéticas antes que otros grupos étnicos.
Este estudio proporciona una buena evidencia de que las mujeres que llegan a la menopausia a una edad más temprana podrían tener un mayor riesgo de insuficiencia cardíaca. Es posible que los proveedores de atención primaria deban evaluar cuidadosamente a sus pacientes con menopausia precoz y recomendarles encarecidamente que desarrollen hábitos saludables para el corazón. Esta información puede ayudar a encontrar nuevas formas de prevenir la enfermedad cardíaca, que es la principal causa de muerte de mujeres en los EE. UU.